Los Ángeles. Los cimientos de la Granada eléctrica.
Granada es sinónimo de cultura, historia, poesía y por supuesto música.
Por Paco Burgos
La importancia de la música hecha en Granada es de sobra conocida, no solo en España sino también en todo el mundo ha tenido una resonancia importante que viene ya desde hace muchos años atrás.
Vamos a hacer un viaje en el tiempo y nos vamos a remontar a la época entre décadas de los años cincuenta y sesenta.
Bien es sabido que el rock and roll aparece como tal en el año 1954 en Estados Unidos, empezando a invadir el mundo a partir de ese momento y convirtiéndose en una inmensa onda expansiva que alcanzará a todos los rincones del planeta incluida la ciudad de Granada.
Unos años después ya aparece en la capital nazarí la primera guitarra eléctrica de la mano de Alejo Muñoz, padre de Carlos Muñoz, guitarrista de Los Ángeles en la actualidad.
Digamos que lo que hay en la ciudad como formato musical son orquestas, siendo la orquesta Nevada una de las pioneras, pero la historia empieza a cambiar, no solo con la llegada de las primeras guitarras sino también con la aparición de los primeros amplificadores y demás utensilios sonoros. Surgen las primeras agrupaciones que se les podría denominar perfectamente como formaciones musicales amenizadoras más que como conjuntos en sí.
Entre esas formaciones estaban “El Dúo Eléctrico” o “The Golden Boys” que daban sus primeras actuaciones en la piscina Neptuno o en la Real Sociedad de Tenis, situada en lo que ahora es el espacio que ocupa el palacio de congresos.
El caso es que Granada empieza ser un hervidero musical de dimensiones cada vez más amplias con la aparición de “Edward y los Windys” que fue el primer conjunto de la ciudad, con las voces femeninas de Li Morante y Gelu que tuvieron unos años exitosos y cómo no, con el entonces llamado el rey del twist Mike Ríos entre otros muchos artistas y grupos que llegaron a ser hasta más de doscientos registrados a principios de los años sesenta en Granada y provincia.
Unos Ángeles azules
Se dice que los que somos nacidos a finales de los años setenta (como es el caso del que suscribe este texto) pertenecemos a una generación audiovisual, probablemente la que más ha sido influenciada por la televisión y el cine especialmente, pero esto es una historia que tiene sus raíces mucho tiempo atrás.
Ya a principios de los sesenta llegan a España las películas de Elvis Presley y también una cinta británica titulada “The Young Ones”, Los Años Jóvenes, protagonizada por uno de los grandes ídolos del rock and roll en Inglaterra como es Cliff Richard, acompañado por su fiel banda escudera “The Shadows”. Esta película se estrena en el cine Aliatar y sirvió de revulsivo musical a tres muchachos que respondían al nombre de José Agustín Rodríguez Ampudia, Javier Peréz del Pulgar y Julián Granados, para formar en lo que en principio fue un dúo musical con Julián y Agustín. Actuaron por toda la ciudad, sobre todo en el hostal Suecia que aún permanece funcionando junto a la calle Molinos del barrio del Realejo, Javier se incorporó después.
A ellos tres se les une un chico recién llegado de Barcelona y al que llamaban el “Twister”, se trata de Carlos Álvarez que pasaba las horas sentado en el edificio de correos tocando la guitarra, además de un estudiante de magisterio nacido en Algeciras de nombre Alfonso González, apodado “Poncho”, batería de ritmo en la sangre, para cerrar el quinteto se une Miguel Mejías al piano.
Nacen los “Blue Angels” que es como se denominan en un principio para después pasar a ser “Los Ángeles Azules”, donde debutaron como tal en el hotel “Costa Nevada” de Motril, siendo probablemente una de las primeras puestas en escena más rudimentaria de la historia del pop español.
Ya en la capital, actúan en el hotel “Casablanca” donde nace su primer club de fans y también lo hacen con mucha frecuencia en la Real sociedad de tenis.
Fue precisamente allí en la casa del tenis de la ciudad donde Julián Granados decidió marcharse con unas muchachas extranjeras a Torremolinos y dejar plantado al grupo justo antes de una actuación.
Imaginaros la situación, sin cantante justo antes de salir al escenario de un lugar tan selecto y con la solera que tenía en Granada la Real Sociedad de Tenis, pues nada, apechugando que es gerundio, Poncho se puso al frente con su caja y su plato y se puso a cantar demostrando así su madera de líder y su gran capacidad para solucionar el problema, desde entonces sería el cantante y alma mater del grupo.
Consiguen grabar dos Ep’s con el sello discográfico “Philips”. Tienen resonancia no solo en Granada sino en Torremolinos, otro gran epicentro de la música en España.
Entonces llegó el mayor enemigo de los conjuntos, hablamos del ineludible servicio militar que hizo que tanto Javier Pérez del Pulgar como Miguel Mejías tuvieran que dejar el grupo para siempre ya que no volvieron a incorporarse más.
Poncho tuvo a bien llamar a un chico de la Alpujarra que vivía entonces en la cuesta de Gomerez, la respuesta de aquel chico de nombre Paco Quero Díaz fue: “¡Aquí está el tío!”.
Se convierten en cuarteto, viajan a Madrid en un taxi que conducía un taxista apodado “el flautines” con todo el instrumental en el coche, graban para un pequeño sello llamado “Berta” un single titulado “Canto a lo español”, vuelven a actuar en el bullicioso Torremolinos de los años sesenta (Torremil líos se le llamaba, para que os hagáis una idea de la que se formaba allí) y resulta que en una de esas actuaciones en alguno de los míticos clubes que había allí, ya sea el Top Ten, El Papagayo o el Barbarella, pues en una de esas andaba por allí un señor, ese señor presenció uno de sus conciertos y quedó prendado por lo bien que lo hacían y sobre todo, lo bien que hacían los temas del grupo que él representaba.
Bien, ese señor resultó ser nada más y nada menos que Brian Epstein, el manager de los Beatles, además se acercó a ellos y les dijo que eran muy buenos. Al parecer también les ofreció trabajo en Inglaterra, cosa que al final no cuajó.
Los Ángeles. Granada en la cumbre musical.
Consolidados como cuarteto y con el nombre recortado a solo Los Ángeles, inician en 1966 una nueva etapa que les lleva de nuevo actuar en Madrid y con unas perspectivas de carácter más ambicioso que en los años anteriores como Ángeles Azules.
Justo a finales de ese año, el que fuera entonces director artístico y productor del sello Hispavox, Rafael Trabucchelli, les ofreció un contrato de trabajo que ellos aceptaron sin problema y así formar parte de una de las casas discográficas más importantes de España que contaría en sus filas con artistas como Raphael, Karina o Miguel Ríos, de hecho el fichaje de Los Ángeles por Hispavox fue clave para la entrada de Miguel en el sello dirigido por un gran productor como era Trabucchelli.
Los dos primeros temas que graban para Hispavox son “Escápate” y “Has amado alguna vez”, versiones del “Get Away” de Georgie Fame y “Have you ever loved somebody” de The Hollies.
Después llega el primer tema con el que entran en listas, como es “98.6”, canción original del músico estadounidense “Keith” y la tripleta de éxitos, en especial “Mañana Tomorrow” que es sin lugar a dudas la canción con mayúsculas del grupo, la orquestal “Mónica” y “Momentos”, canción que tuvo mucha aceptación en Cuba como veremos más adelante. En esos años formaron parte del grupo Santiago Villaseñor y el gran Pepe Robles que después fundó los míticos “Módulos”
Los Ángeles y Miguel Ríos en esos años están en la cresta de la ola.
Ángeles del celuloide.
La música y el cine, esa eterna relación bien avenida entre ambos y que será así para toda la eternidad.
Fueron dos en las películas en las que participaron, una de ellas es “A 45 revoluciones por minuto” con dirección de Pedro Lazaga y con guion y producción de Pedro Masó, junto al que fuera cantante de Los Brincos (discúlpenme, pero no pienso nombrarlo, ya este 2020 está siendo como está siendo y no quiero tentar a la suerte), Ivana, Jesús Puente, Rafaela Aparicio, Rafael Alonso entre otros, en esta cinta también participan el grupo “Formula V”.
La otra es “Un, dos, tres al escondite inglés” dirigida por el siempre transgresor y maravilloso director de cine además de artista “Iván Zulueta”, una crítica al festival de Eurovisión en clave psicodélica en la cual también participa José María Iñigo.
Años 70. La gran aventura cubana en Varadero. Cambios, nuevos aires y un “final” indeseado.
Comienza la década de los setenta con una noticia realmente increíble y es que van a ser uno de los grupos españoles junto con Los Mustang y Los Bravos que van a estar en el festival de la canción “Varadero 70”, un festival que se venía celebrando en la ciudad de Varadero en Cuba desde 1965 con carácter internacional y fue el festival más importante no solo de los celebrados en Cuba sino también en toda América.
Vivieron mil anécdotas en Cuba, pero la que más les sorprendió fue que cuando llegaron al aeropuerto “José Martí” de La Habana, se encontraron que los recibieron al son de la canción “Momentos” que ya conocían allí.
Existen vídeos de la actuación de ellos allí y una grabación de audio que está en poder de un gran amigo y figura clave en la carrera de Los Ángeles como es Lalo Mariscal.
Los setenta es una década de rock y eso se nota en las nuevas canciones del grupo como es el caso de “Réquiem”, un tema desgarrador con aires de blues y también con cierta cercanía al rock andaluz.
Agustín Rodríguez decide marcharse del grupo para dedicarse a su faceta empresarial y forma también un dúo con su mujer llamado “Señores de Rodríguez”. En su lugar entra un chico joven con un talento maravilloso como guitarrista y compositor, se llama José Luis García Román pero decidió cambiarse el apellido por Avellaneda.
Ya con José Luis en el grupo nacen nuevas canciones con otro aire muy distinto al de Los Ángeles de los sesenta, pero sin perder su esencia, temas como “Evolución” que suena a funky y rock muy bailable, de hecho hicieron una versión en inglés titulada “Listen to the music” y que triunfó en las discotecas de Francia en aquella época.
También estuvieron influenciados por grupos Bread, Crosby Still Nash and Young o América, de los cuales hicieron “Another try” revisada como “Mamá deja de llorar” y “Riverside”, adaptada como “Viven en el Riverside”, ambas adaptaciones magníficas.
La verdad es que, a pesar de hacer buenas canciones, algunas de corte más comercial como “Raquel”, no llegaron a tener el mismo éxito y repercusión que en los años sesenta.
Por cierto, en aquella época también estuvo con ellos Paco Gamarra, un tipo curioso con un sentido del humor muy agudo.
Necesitaban más éxitos, las canciones, aunque eran buenas no terminaban de cuajar ni de entrar en listas, el número de conciertos se iba reduciendo y el agotamiento que eso provocaba era cada vez más evidente.
Tras una actuación en la localidad tarraconense de Bitem, ponen rumbo a Madrid, estaban emplazados a una reunión con la compañía de discos para hablar sobre el futuro del grupo, al no llevar en ese concierto conductor de furgoneta, le tocó a Paco Quero bajar con ella hasta Granada. Poncho, José Luis y Carlos tomaron dirección Madrid para dirigirse a la reunión con la compañía.
Esa reunión nunca tuvo lugar, desgraciadamente un accidente de tráfico acabó con las vidas de Poncho y José Luis, también dejó muy grave a Carlos Álvarez que finalmente pudo sobrevivir, era el 26 de septiembre de 1976, último domingo del mes y día de la virgen de las Angustias, patrona de la ciudad de Granada.
Pasado un mes del trágico accidente, se celebró un concierto homenaje en la plaza de toros con la participación de muchos artistas y grupos que quisieron estar allí acompañando a la familia y amigos, a pesar de la impresionante tromba de agua que estaba cayendo, la gente aguantó estoicamente.
El tiempo es benévolo, la llama resurge.
Tuvieron que pasar muchos años para que la llama de Los Ángeles se volviera a encender.
En 1992 Agustín y Carlos, miembros originales junto con Julio y Ángel Rubio “Los gemelos de Granada”, decidieron hacer un disco titulado “Venus” que pasó un poco sin pena ni gloria.
Fue en 1996 cuando Los Ángeles vuelven a recuperar su esencia, el artífice de que eso ocurriera fue Alfonso González “Popi”, hijo de Poncho, batería, cantante y alma mater de la banda. Con Popi la genética fue generosa, le dio no solo el parecido facial, sino también el mismo talento de cantar y tocar la batería como lo hacía su padre.
Agustín, Carlos, Popi y la incorporación de Carlos Muñoz (primogénito de Alejo Muñoz, el hombre de la primera guitarra eléctrica en Granada como hablaba al principio de esta historia) a la guitarra vuelven los Ángeles rearmados y con ganas de volver a ser quienes fueron.
Volvieron los conciertos, entre ellos la llamada de América, concretamente en Miami, donde aquellos cubanos que ahora viven allí no se olvidaron de sus canciones y donde volvieron a triunfar.
Todo esto creó un cierto entusiasmo en la Granada musical, de tal manera que empezó a haber movimiento. A ese movimiento se adelantó el músico y periodista Fernando Díaz de la Guardia que algunos años antes ya estaba gestando lo que en 2006 se hizo realidad, y es la biografía del grupo titulada “Los Ángeles, una leyenda del pop español” acompañada del documental realizado por Alejandro Pérez y el propio Fernando.
De este libro y DVD es ya muy difícil conseguir copias, quizás a través de Internet siempre puede haber posibilidad.
Justo un año antes, en 2005, se realiza el primer homenaje musical a los Ángeles con grupos actuales, se celebró en la emblemática sala Príncipe del barrio del realejo con grupos y artistas como: José Ignacio Lapido, Víctor Lapido, Lori Meyers, Cecilia Ann, Los Granadians del espacio exterior, Al Supersonic & The Teenagers, Jota Planetas, Paco Chica, Pepa Niebla, Four of us, Pablo G, Víctor Sánchez, Dani Gominsky, Lorena Enjuto, entre otros… Al frente de la organización del evento estábamos Manolo “Teddy dos dedos”, García Jokinmasdiez y servidor de ustedes. No solo fue el concierto homenaje en sí, sino también los eventos que se hicieron paralelamente con las sesiones de dos invitados de lujo como Juan de Pablos y Jesús Ordovás, míticos locutores de Radio 3 que estuvieron amenizando las noches previas, tanto Juan de Pablos en el bar Jardines, local que era punto de encuentro para gentes del rock de la ciudad a través de las sesiones que programaban Javi e Isa, dueños de este local ya desgraciadamente cerrado, y después del concierto de sala Príncipe estuvo Jesús Ordovás en sala Quilombo.
En 2006, Antonio Arias, líder del grupo Lagartija Nick y Popi González sacan a la luz un disco gestado en conversaciones entre cervezas y acordes, del resultado de aquellas conversaciones salió a la luz el disco “Homenaje Los Ángeles, intervenciones estelares” como las de Miguel Ríos, Rafael Amargo, Jota Planetas, Lori Meyers y Pablo G., Hijo también de Poncho González.
Decir en Granada que con todos estos homenajes y discos se cierra el círculo con Los Ángeles es caer en el error, ya que siempre manan ideas y proyectos por realizar, la inquietud eléctrica de esta ciudad es un sin fin como diría José Val del Omar.
A la memoria de Alfonso “Poncho” González, José Luis Avellaneda y Carlos Álvarez.
Los Ángeles por siempre.
Paco Burgos.