Rock and roll radio
Rock and roll radio
Una historia de ritmos, guitarras y ondas hertzianas
Parte 1. Por Paco Burgos.
Si hay dos mundos dentro de este que realmente me apasionan, esos son la radio y el rock and roll.
Tanto uno como el otro siempre han ido de la mano, aunque yo diría que han estado siempre unidos en un mismo cuerpo como dice una canción de Parálisis Permanente.
Creo que hablar, o mejor dicho, escribir sobre esta pareja históricamente bien avenida es una buena idea.
Al lío.
Nos vamos a mediados del siglo veinte, concretamente a finales de los años cuarenta.
Normalmente, o al menos antes era más habitual, en los periodos de entre décadas, suelen ocurrir una serie de cambios sustanciales especialmente en cuestiones sonoras, esto al menos fue así hasta el final de los años ochenta y primeros noventa.
Volviendo a esos últimos años de la década de 1940, hay que hacer hincapié en tres factores muy importantes para lo que iba a ser el devenir del futuro inmediato del rock, es decir justo en la siguiente década.
El primero de ellos es el final de la segunda guerra mundial en 1945, y como consecuencia de ello, una juventud con ganas de liberarse del hastío que supuso esos años de horror y sangre, además de un crecimiento importante de la economía estadounidense.
Otro de los factores fue el auge del sonido rhythm & blues, música hecha por afroamericanos, pero que la juventud blanca por así decirlo empezó a interesarse por ella, los jóvenes querían bailar y disfrutar de ritmos fuertes.
Como tercer factor, podemos añadir la creación del transistor en 1947, gracias a ese maravilloso invento (que hubiéramos sido sin él) en 1954 se hicieron las primeras radios portátiles, por lo tanto sin transistor, o sin “bicho” como lo llamaron sus creadores, el rock and roll como tal, no hubiese llegado a ninguna parte.
El nombre en clave es Alan Freed
Así fue, quien pudo ser un gran ingeniero mecánico, se convierte desde los primeros años cincuenta en la mayor figura de la radio musical en Estados Unidos y con el paso de los años en un gran referente mundial.
Con él empieza el espectáculo, comienza algo que él y su compañero inseparable Leo Mintz denominan rock and roll. En realidad no estaban inventando nada nuevo, rock and roll aparece en varias grabaciones gospel de principios del siglo veinte, además en la jerga afroamericana, rock and roll es lo que viene a ser el acto de la copulación, para quien no lo entienda, es lo que menos hacen los solteros en pandemia.
Se aprecia que la gente joven está muy cansada de los sonidos de las big band, quizás por los años de saturación durante la guerra, o por otras cuestiones, el caso es que hay un bajón considerable en las ventas de discos de las orquestas y eso preocupa a el propio Mintz, sin embargo observa que cuando pone discos de R&B los muchachos se ponen a bailar de manera espontánea en la tienda.
Estaba claro el camino a seguir, el rhythm and blues es el sonido, es lo que gusta a toda la juventud de manera integral, es su momento y toda la juventud quiere disfrutarlo por igual a través de las ondas con Alan al frente.
Pero, aparece el problema racial de las narices, lo cual es un engorro para poder emitir música negra en muchas emisoras del país, pero deja de ser un problema siempre y cuando decidas cambiarle la terminología al nombre por otro, y ya sabemos cuál fue el elegido.
Bienvenidos a la era del mayor fenómeno cultural y social de siglo veinte, el rock and roll.
Siempre he tenido muy claro que un micrófono es un arma que se puede utilizar de diferentes maneras, se puede optar por meter miedo a la gente, o bien apostar por la opción de la música como hizo el señor Freed en 1951 a través de su programa “The Moondog Rock & Roll House Party” todos los sábados en horario de 11 de la noche a dos de la madrugada.
La verdad es no estaban nada mal ni el día ni la franja horaria de emisión, supongo que aquellos en tiempos sería de las mejores franjas horarias para emitir y además en sábado, el sábado es el mejor día de la semana para todo, menos para peinar ríos. El caso es que el programa consigue una gran popularidad en poco tiempo, tanta que en 1952, es decir al año siguiente, Alan a través del programa organiza un evento en el Cleveland Arena llamado “The Moondog Coronation Ball” con la actuación de cinco artistas, el concierto creó tal expectación que no solo se vendieron todas las entradas a la venta, unas diez mil, sino que otras veinte mil personas se quedaron fuera y encima muchos de ellos con entrada.
El poder de convocatoria fue espectacular por parte de Alan, a todo esto decir que no es que los veinte mil que se quedaron fuera aceptaran marcharse a casa sin rechistar ni mucho menos, y más teniendo en cuenta que la mayoría de los que estaban fuera tenían entrada.
Pues pasó lo que tenía que pasar, hubo trifulca y de la buena, lo cual hizo intervenir a la policía antidisturbios, además de suspender el evento tras la segunda canción.
Así fue como comenzó todo. Mal, ya comenzaron las cosas mal, vendiendo más entradas de las que se podían vender, error que por desgracia se ha repetido a lo largo de los años, incluso en nuestros días.
Oficialmente fue el primer concierto de rock and roll de la historia, el cual terminó como el rosario de la Aurora, prácticamente no echó a andar ya que lo cortaron casi al comienzo.
Supongo que os preguntaréis cuanto costaba la entrada para aquél evento madre del rock and roll a nivel mundial, pues solamente 1,50 dólares de la época.
Después de todo esto, Alan viajó a New York, donde comenzó con un nuevo programa, su fama y popularidad se disparó de tal manera que llegó a ser toda una celebridad y un personaje muy influyente, se metió de lleno en el mundo del cine y la televisión, llevo a cabo conciertos y giras, estaba en el punto máximo de su carrera como locutor de radio musical.
Pero, Freed se vino arriba y se le subió el éxito la cabeza, empezó a moverse entre trapicheos y el juego subterráneo de los derechos de autor, convenciendo a ciertos artistas de poner su nombre junto al del artista en cuestión para figurar como coautor de la canción y así ganarse un sobresueldo.
Lo de cobrar sobresueldos por parte de los locutores de radio a través de las compañías de discos o bien por ser “coautores” de las canciones, es algo que siempre ha ocurrido desde esa primera época del rock and roll, pero no solo por los locutores sino también por parte de los productores como era el caso de Norman Petty productor de Buddy Holly, su nombre aparecía junto al de Buddy sin haber aportado ni una sola sílaba a las canciones.
Esto de las “payolas”, es algo que en estos tiempos ya se hace de otra manera, normalmente a través de las editoriales. Es decir, de forma legal.
La vida ya se sabe cómo es, un día estás arriba y al siguiente estás abajo, un día eres joven y media hora más tarde haces un chasquido con la boca al sentarte.
Los sectores más conservadores del aparato social norteamericano empezaron a asociar rock and roll con delincuencia, por lo tanto él señor Freed también entró en su punto de mira, ya que él era el mayor alentador del rock and roll a las masas a través de las ondas radiofónicas y también televisivas.
Para más inri de nuestro protagonista, en 1958 se organizó un concierto que el mismo promovía, se hacía en la siempre refinada y elitista ciudad de Boston, de nuevo hubo altercados entre rockeros y ciudadanos de la capital de Massachusetts, encima se puso delante del micrófono y al dirigirse al público, aunque sin mala intención, no estuvo muy acertado ya que la gente se encendió aún más y eso provocó que la policía cargara con más fuerza contra el público.
En fin, otro lío gordo en la hoja de servicios de Alan Freed, estos hechos fueron noticias al día siguiente en todos los medios, supuso para el principio del fin de su trayectoria como profesional de la radio.
A todo esto se le fueron sumando las acusaciones por payola, es decir por el cobro de sobornos por poner a determinados artistas de determinadas compañías discográficas, algo que como decía antes era habitual en muchos otros locutores pero Alan era la cabeza visible.
No paraba de sentarse en los juzgados por este tipo de cuestiones y por otras como la evasión de impuestos, algo que en un país como Estados Unidos se puede decir que es pena capital.
Se queda prácticamente sin trabajo, entra en desgracia y decide refugiarse en el alcohol el cual lo lleva por el camino que hace que finalmente se encuentre a la parca en 1965 a la que saluda a la edad de 43 años solamente.
Ellos fueron los artífices, tanto Leo Mintz como Alan Freed son grandes impulsores de algo que a pesar de los años sigue moviendo a mucha gente en este mundo y espero que siga siendo el motor de muchas vidas por muchos años más.
Han pasado casi setenta años de aquel primer concierto organizado por Alan en 1952, el rock sigue ahí, vigente y vivo. El mayor fenómeno cultural y social del siglo veinte y con ganas de volver a encenderse, cosa que hará. Hay una película biopic sobre Alan Freed llamada “Mr Rock And Roll: The Alan Freed Story” de 1999 protagonizada por Judd Nelson, Madchen Amick y Paula Abdul.
Por cierto, es curioso el parecido razonable entre Alan Freed y el locutor y que también fuera presentador del programa musical de los años ochenta “Tocata”, José Antonio Abellan.
Frecuencias sonoras desde alta mar
Vamos a viajar, vamos hacerlo mar adentro, concretamente a las gélidas aguas cercanas a la costa de Felixstowe en Inglaterra.
Desde allí en 1964 comienzan las emisiones de “Radio Caroline” una emisora pirata, pero que en poco tiempo se convertiría en leyenda, una leyenda que aún perdura en el tiempo.
De la mano de un empresario irlandés con aspiraciones en el mundo del cine, aunque pasando por Londres, las tenía orientadas en Hollywood, decidió dar un giro de 180 grados y decantarse por la representación de artistas y después por la radio.
Hablamos de Ronan O’Rahilly, un tipo realmente valiente y aventurero como él solo, que desde un barco decidió que el rock debería sonar todo el día y no en un intervalo de tiempo de dos horas a la semana que es lo que hacia la BBC por ejemplo.
Sí, sé que lo estáis pensado, incluso también os lo estaréis preguntando.
¿Cómo es posible que la BBC emitiera solo dos horas de rock a la semana en 1964, cuando en Inglaterra en ese momento comienza la erupción de todos aquellos maravillosos grupos como The Kinks, The Who, Small Faces, The Animals, Pretty Things, por no hablar de Rolling Stones y de Los Beatles obviamente?
Pues así era, lo que ocurrió fue que Ronan quiso promocionar y darle un buen impulso a la carrera de nuevos grupos que no eran conocidos entonces pero que apuntaban a ser muy grandes y que llegaron a serlo en poco tiempo, pero entonces todavía no eran nada populares.
No solo eso, es que si es por la BBC y por el sistema establecido, es decir por el Mainstrean de ese momento en Inglaterra, estos grupos no hubiesen llegado prácticamente a ningún sitio.
Por lo tanto, recibe el más absoluto rechazo y desprecio por parte de los señores que mandaban en la industria musical.
Bien, es lo que hay, pero Ronan en lo último que piensa es en darse por vencido y decide, respaldado por una serie de disck jockeys, echar andar la emisora pirata musical más potente he ilustre de todos los tiempos, con el nombre inspirado en la hija del presidente Kennedy, Caroline.
La importancia de esta emisora es de una tremenda inmensidad, ellos emitían prácticamente las 24 horas del día rock y le daban cabida a todos esos grupos que la BBC menospreciaba por sus ridículas dos horas semanales, es decir a casi todos.
Se puede decir que entraron en competencia con otra emisora pirata con mucha solera como es radio Luxemburgo, lo que pasa es que a diferencia de radio Luxemburgo ellos programaban a muchos más grupos y la emisora del pequeño país tenía ya sus convenios con diferentes sellos discográficos para emitir sus grupos y también con diferentes patrocinadores que les daban respaldo económico.
Como pasa en muchos gremios y en este de la radio también, las ideas de hacer cosas no solo le llegan a uno en exclusiva, todos tenemos cabeza para pensar y desarrollar ideas. Bueno, todos no.
El caso es que la idea de hacer radio musical desde un barco en alta mar también la tuvo otro tipo que era australiano, en principio llegaron a un acuerdo para que ambos, cada uno con su barco, se encargaran de cubrir varias zonas de emisión.
Aunque hay que decir que el único que realmente zarpó fue Ronan con su barco, no sé qué tipo de maniobra “mafiosa” hizo el irlandés para sabotear la salida del otro barco, quizás teniendo en cuenta que el dato de que el puerto de donde iban a salir los barcos eran de la familia de Ronan, pues ya se puede pensar en cualquier cosa.
Comienza la aventura de Radio Caroline en alta mar con su primera emisión, la canción escogida para ser la primera en sonar es un tema jazzero “Round Midnight” de Jimmy McGriff, pero los grupos predominantes fueron siempre las bandas británicas de los años sesenta.
Así hasta 1968 cuando Radio Caroline cerró su primera etapa, en la que la emisora llegó a tener hasta 25 millones de oyentes.
Ronan volvió a retomar la emisora en los setenta, pero ya nada volvería a ser como en los primeros años a pesar de que tuvo el respaldo económico de un tal George Harrison (no sé si os suena el nombre) a pesar del apoyo del ex beatle y aunque la audiencia se mantenía fiel, el manual de estilo de la casa se fue al garete debido, entre otras cosas a la actitud de los locutores, hacían los programas hasta arriba de marihuana y dejaban las canciones enteras de los grupos de rock sinfónico, imaginaros lo que supone dejar entera una canción como “Close to the edge” de Yes que dura casi veinte minutos, es algo realmente insufrible, no solo por este tema sino por todas las que ponían que duraban más o menos el mismo tiempo y los locutores aprovechaban ese tiempo para cargarse de verde, cada vez que tenían que presentar una canción estaban hasta arriba de hierba y eso era un suplicio.
Lo que está claro es que Ronan O’Rahilly era un tipo incombustible que no se rendía ante nada, ni siquiera el hundimiento de los barcos que usaba para emitir.
En 1983 comienza la tercera etapa de radio Caroline, en los ochenta la música como todos bien sabemos fue por otros derroteros diferentes al del rock sinfónico, en el cual ellos siguieron enquilosados y eso fue un fracaso absoluto en cuestión de audiencias, si es que tanto verde no puede ser, no se puede estar delante de un micrófono y sentirse césped bajo el sol.
El caso es que desde hace años, el gobierno británico los tenía enfilados, no solo a ellos sino también a todas las emisoras libres que pululaban por la zona aunque fuesen aguas internacionales.
Les fueron poniendo cerco, hasta que un fiscal decidió echarles el guante definitivamente en el verano de 1989 con la inestimable colaboración del gobierno holandés que mandó a sus soldados asaltar el barco y desmantelarlo por completo, los más curioso es que mientras asaltaban el barco, al mismo tiempo estaban retransmitiendo en directo el asalto.
Se acabó la historia de aquél emprendedor irlandés que mantuvo en vilo al poder gubernamental durante veinticinco años a través de las ondas de radio y con el océano como aliado.
Radio Caroline, aquella emisora que probablemente gracias a ella, muchos conocieron a fondo grupos como Small Faces, The Kinks y toda la gran hornada de grupos británicos de los años sesenta, llegando a más de veinticinco millones de personas que se dice pronto.
¿Radio Caroline se acabó? No, no se acabó, Radio Caroline sigue emitiendo hoy en día ya desde tierra firme y en formato digital para todo el mundo.
La historia de esta emisora se llevó a la gran pantalla en la película “La radio encubierta” de 2009 protagonizada por Philip Seymour Hoffman, Emma Thompson o Kenneth Branagh entre otros.
Le debemos mucho a personajes como Alan Freed, Leo Mintz o Ronan O’Rahilly, fueron realmente valientes, se jugaron la vida por lo que más les apasionaba que era la música y la radio, gracias a ellos hoy en día podemos disfrutar de un montón de grupos a los que le dieron difusión y llegaron a tal número de gente que consiguieron una popularidad que hoy en día aún conservan.
Ronan O’Rahilly falleció en 2020.
Sencillamente, gracias por tanto.
Aullidos sobre acordes
El aullido del lobo fue algo recurrente en Alan Freed a la hora de presentar las novedades discográficas que llegaban a su programa, pero si alguien hizo del característico aullido de las criaturas de la noche algo propio, ese fue el gran Robert Weston Smith.
Popularmente conocido como “Wolfman Jack” de hecho una vez que cogió el apodo, prácticamente nadie le volvió a llamar Robert.
Fan absoluto de Alan Freed, estuvo acechándolo durante varios días en la puerta del teatro Paramount para intentar conocerlo, su presencia no pasó desapercibida, de tal manera que además de conocer al gran maestro Freed se hizo con un puesto de trabajo en la misma Paramount, pero no solo quedo ahí la cosa sino que también fue asistente habitual en la academia nacional de radiodifusión situada en Washington, aun así no abandonó su trabajo de vendedor de cepillos de dientes y otros utensilios casa por casa.
Se puede decir que le viene todo de cara en la vida, en cuestión de tres años, los comprendidos entre 1960 y 1963, consigue su primer trabajo en radio, conoce a su mujer con la cual tiene dos hijos, ya en 1963 ficha por la emisora de radio mejicana XERF.
Resulta que las estaciones de radio mejicanas emitían a una potencia mayor con respecto a las emisoras estadounidenses, en concreto esa emisora emitía a la monstruosa cantidad de 250.000 mil vatios, cinco veces más que las emisoras del país vecino. ¡Qué barbaridad señor!
Claro, que es lo que ocurre, que su programa no es que solo se escuchara en Méjico y obviamente con ese potencial llegará hasta Estados Unidos y Canadá, sino que también se escuchaba en la entonces llamada Unión Soviética, para flipar vamos.
Era un tipo increíble, con ese estilo único y personal, tan personal como su voz ronca y a la vez tan eléctrica, que le hizo llegar a las más altas metas como DJ y locutor de radio, todo el mundo quería saber de él, aparecía en revistas de gran tirada nacional, hizo anuncios de televisión, una serie de grandes artistas de la época le dedicaron canciones, la verdad es que lo tenía todo y además estaba tocado por las estrellas.
No tuvo apenas baches en su carrera, solo destacar que se quedó un tiempo sin trabajo y tuvo que marcharse de nuevo a Los Ángeles para emplearse en una emisora de radio de la ciudad, eso sí, por menos de lo que estaba cobrando en Méjico.
Pero, la estrella de este hombre vuelve a iluminarse, y la luz que hace que esa estrella le ilumine de nuevo proviene de otro medio, la televisión.
Recibe una llamada de la importante cadena de televisión NBC y le ofrecen ser el que lleve las entrevistas, además de las presentaciones de una serie de programas de música nocturna con el nombre de “The Midnight Special”.
Pero la cosa no queda ahí, al poco tiempo un señor llamado George Lucas, seguramente lo conoceréis también, solicitó sus servicios para participar en una de las mejores películas hechas en los años setenta, así lo digo, sin pan ni nada, como es “American Graffiti” película que también contó con un debutante Harrison Ford y un joven Richard Dreyfuss.
En este gran largometraje, en realidad hace a sí mismo como locutor de radio y DJ, muchos de vosotros queridos lectores seguramente lo conoceréis por esta participación en el film.
Jack, después de estos éxitos profesionales, siguió trabajando pero ya en su propio negocio, en el cual la misión principal consistía en distribuir sus programas de radio para todo el país siendo pionero en esa función.
Su programa llegó a distribuirse a más de cincuenta países y más de dos mil estaciones de radio, entre ellas las de las bases americanas en España, por lo tanto se llegó a escuchar por aquí.
Estuvo al pie del cañón hasta el final de sus días que desgraciadamente llegaron en el verano de 1995.
Wolfman Jack fue el locutor total, la perfecta definición de incombustibilidad a través de las ondas y la televisión. El oficio mayúsculo de ser DJ, espectáculo con todas las letras.
Un referente de dimensiones oceánicas.
Gracias Jack, tus aullidos seguirán escuchándose por siempre.
Hasta aquí la primera entrega de este artículo dedicado a tres grandes pilares de la rock and roll radio a nivel mundial.
En la próxima entrega nos quedamos por aquí cerca. Por las ondas de la piel de toro.
Salud y radio.
Enlaces de interés
Enlaces web:
Varios programas originales de Alan Freed. Años cincuenta: www.mixcloud.com/discover/alan-freed/
Web oficial de Radio Caroline
Página oficial de Wolfman Jack
Vídeos
Rock! Rock! Rock! película que protagoniza Alan Freed y en la cual aparecen un montón de artistas y grupos de la época. Largometraje de 1956.
www.youtube.com/watch?v=DJO428IAvJ0
Mister Rock ‘n’ Roll: Alan Freed Story. 1999. Trailer.www.youtube.com/watch?v=yMVI-caJOls
La primera canción que se emitió en Radio Caroline.
www.youtube.com/watch?v=ZEbtRUXVzaE
La Radio Encubierta. Trailer 2009.
www.youtube.com/watch?v=1w4bt8kXipA
The Guest Who “Clap for the wolfman” en el programa “Midnight special” con el propio Wolfman Jack.
www.youtube.com/watch?v=RmT5q2uRPnk
American Graffiti. Escena de la visita a la emisora de Curt (Richard Dreyfuss) para conocer a Wolfman Jack y hacerle una petición especial.
www.youtube.com/watch?v=99z-H_NEccU&t=78s
Tema dedicado por Todd Rundgren a Wolfman Jack. www.youtube.com/watch?v=xiU8T8KGItI
Un programa del maestro Jack.
www.youtube.com/watch?v=xiU8T8KGItI